"Quien se pronuncia por el camino reformista en lugar de y en oposición a la conquista del poder político y a la revolución social no elige en realidad un camino más tranquilo, seguro y lento hacia el mismo objetivo, sino un objetivo diferente: en lugar de la implantación de una nueva sociedad, elige unas modificaciones insustanciales de la antigua." Rosa Luxemburgo

jueves, 8 de octubre de 2009

¿Por qué hay gente que se muere de hambre?

 Yves Julien, Patas Arriba

Buena pregunta. Sabiendo que en el mundo se producen suficientes alimentos para abastecer a la población existente, es difícil entender porque una sexta parte de la humanidad está pasando hambre. Cuando alguien no tiene de comer, suele haber dos razones para ello: o no puede conseguir alimentos (por falta de dinero o de moneda de intercambio), o no hay alimentos para conseguir. En general, nos solemos conformar con estas dos razones, porque la primera la interpretamos como “son pobres, por lo que no pueden comprar comida”, y la segunda, como “hubo una sequía/inundación/terremoto/etc., así que no hubo cosecha”. Y allí nos paramos, pensando que esas interpretaciones, que suenan mucho a cosas incontrolables “así es la vida”, bastan para explicarlo todo.

Pero, ¿por qué son pobres? ¿por qué les afecta tanto una catástrofe natural que en el mundo “desarrollado” ni nos enteraríamos? La pregunta inicial ya no es tan simple de responder, aunque tampoco muy complicada, pero nos lleva a interrogarnos sobre el modelo económico global. ¿Qué razón puede explicar que la suerte de continentes enteros dependa de cosas incontrolables? La razón es ésta: han dejado de dedicar su agricultura a la alimentación de supervivencia, esto tiene dos consecuencias: la primera, tienen que importar sus alimentos a un precio fijado fuera de sus fronteras, fuera de su control. La segunda consecuencia, es que la agricultura esta orientada a la exportación, con precios también fijados fuera de sus fronteras. Por lo que los ingresos de los campesinos dependen del curso de estas materias primas, con el que algunos bancos, fondos de pensiones y compañías de seguros occidentales suelen especular…Aunque este es otro tema, que dejaremos para otro momento.

Entonces, tanto los ingresos de la población, mayoritariamente campesina en los “países pobres”, como los precios de los alimentos dependen directamente del mercado global de materias primas. Éste se volvió muy volátil, debido entre otras muchas causas a la financiarización de la economía, que proporciona unas cantidades enormes de dinero para especular, además de incitar a hacer esto con todo. Resultado: el plato de cientos de millones de personas se llena más o menos (a menudo menos que más) en función de decisiones en las que no solamente no participan, sino que tampoco se toman en cuenta las consecuencias de estas decisiones sobre sus vidas. Y ahora la gran pregunta: ¿Porque los gobiernos de estos países pobres dejan que esto ocurra?Ahí es donde esta el tema… Estos países pobres tienen una deuda enorme para el volumen de sus ingresos, llegando en ciertos países a un tercio de su producción interna. Para pagar estas deudas, necesitan obtener dinero en monedas occidentales (más fuertes, más estables), lo que implica orientar su producción (esencialmente agrícola) a la exportación, que les permite obtener estos ingresos de occidente. En ocasiones también, estos gobiernos necesitan a veces encontrar dinero para financiar sus necesidades internas (sean escuelas, hospitales o tanques), y debido a su situación económica se les hace muy difícil encontrar alguien que les preste dinero.

En estos momentos solo existen dos organismos que les suelen prestar dinero: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). El problema es que estos dos organismos prestan con intereses y con condiciones. Lo de los intereses es bastante corriente, pero lo de las condiciones, no tanto… Estas condiciones son en general las mismas para todos los países: abrir sus fronteras a los productos y capitales extranjeros, y disminuir los gastos del estado. Al abrir sus fronteras provoca la ruina de la economía local, ya que tiene que competir con las economías occidentales mucho mejor preparadas para ello. Esto provoca altos niveles de paro, matando las pocas industrias que podrían haber nacido, y matando también la agricultura de supervivencia, que tendría que competir con otros campesinos y campesinas de todo el mundo, pero que no producen bajo las mismas condiciones (sol, agua, semillas, etc.). En cuanto a disminuir los gastos del estado, eso significa bajar los sueldos de los funcionarios, así como disminuir la inversión en sanidad y educación generalmente.

Estas tres medidas empobrecen a la población, ya que sus ingresos disminuyen, además de tener que pagar más si necesitan cuidados médicos o si quieren mandar a sus hijas y a sus hijos a la escuela, lo que perjudica al comercio.

Esto sí que explica que haya gente, mucha gente, pasando hambre en el mundo. ¿Cómo solucionar esto? Pues cogiendo el mal por la raíz. Si se cancela la deuda de los países pobres, no tendrían que seguir las órdenes del FMI y del BM, y podrían implementar sus propias políticas libremente. Pero es que además hay muy buenas razones para la cancelación de esta deuda, que las poblaciones están pagando dos veces: a través de sus impuestos, y a través de las medidas económicas que se les impone. Estas poblaciones en general no fueron consultadas cuando se contrajo la deuda (los gobiernos que contrajeron deuda muy rara vez eran legítimos), y tampoco les benefició el dinero prestado, el cual servía a fines personales de los gobernantes (palacios, cuenta bancaria, etc.) o a fines de las grandes empresas occidentales (presas gigantescas, construcción de un aeropuerto para exportar las materias primas, etc.). Estos dos argumentos jurídicos permiten cancelar la deuda de los países pobres sin condiciones, y sabemos que es posible, ya que hay unos cuantos precedentes en la historia lejana (Estados Unidos cuando se independizó de Inglaterra) y reciente (Irak cuando Estados Unidos derrocó a Saddam Hussein).

En conclusión, ¿porque hay mucha gente muriéndose de hambre en el mundo? Por la deuda. Acabemos con ella, y los países pobres tendrán una oportunidad para librarse del hambre. Al contrario, si no acabamos con la deuda, seguirán pasando hambre, por mucho que les mandemos alimentos.

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