"Quien se pronuncia por el camino reformista en lugar de y en oposición a la conquista del poder político y a la revolución social no elige en realidad un camino más tranquilo, seguro y lento hacia el mismo objetivo, sino un objetivo diferente: en lugar de la implantación de una nueva sociedad, elige unas modificaciones insustanciales de la antigua." Rosa Luxemburgo

jueves, 7 de julio de 2011

Digamos no al pago de la deuda española

"¡ La operación ha sido un excito : hemos conseguido que parezca crisis lo que fue un saqueo !"

Por Daniel Gómez-Olivé i Casas
investigador del ODG

A finales de 2010 la deuda pública española (lo que debe el Estado a los acreedores nacionales e internacionales) era de unos 640.000 millones de euros (cifra que representaba el 60% del PIB español). Sin embargo, la deuda pública española es de las más bajas de nuestro entorno. En efecto, las cifras de la deuda pública española contrastan con las de países de la zona euro en la que su deuda pública supera este umbral desde hace tiempo. Este es el caso de Alemania (donde la relación deuda / PIB es del 83%), Francia (82%), Portugal (93%), Irlanda (96%), Bélgica (97%), Italia (119%) o Grecia (143%). En el caso español desde 2000 la deuda pública española se ha situado siempre por debajo del 60% del PIB, tal y como exige el Tratado de Maastricht a todos los gobiernos de la UE. No ha sido hasta el inicio de la crisis cuando la deuda pública española ha empezado a aumentar, ¡precisamente por la necesidad del Gobierno Central de emitir deuda pública para poder hacer frente a las ayudas a los bancos privados!

En cambio, si observamos toda la deuda de la economía española (teniendo en cuenta lo público y también toda la deuda que ha adquirido el sector privado: empresas, familias y bancos) ésta llega a los 4 billones de euros (cifra que representa el 400% del PIB). Por lo tanto, la deuda pública sólo representa el 15% del problema del endeudamiento español. Así pues, lo primero que hay que decir es que quien está más que endeudado no es el Estado, sino que los bancos y las cajas, seguido de las empresas y de las familias españolas. Siendo así, ¿cómo es posible que se esté presionando al Gobierno para hacer reformas, ajustes y privatizaciones?

Porque los principales acreedores de la deuda pública española son los mismos bancos españoles. Son ellos los que están obligando al Gobierno a endeudarse para transferir la deuda privada en deuda pública. Son ellos, los que están endeudados, los que están presionando al Gobierno a llevar a cabo las ’reformas’ que están acabando con el estado del bienestar, presentándolas como necesarias e inevitables. Es, cuando menos, una paradoja que los mismos actores que causaron la crisis sean quienes exijan que sea la población, a través de la presión y chantaje que se hace en el Estado, quien pague la fiesta de los años de crédito fácil. Cuando se nos dice que hay "presión de los mercados financieros" debemos saber que esta presión tiene nombres y apellidos españoles, tal y como son el de Emilio Botín del Banco de Santander o el del Francisco González del BBVA, de Rodrigo Rato de Bank o de Isidre Fainé de CaixaBank.

La alternativa pasa por decir NO. No pagaremos ’sus’ deudas, las deudas que ahora el Estado está adquiriendo para salvarlos de la quiebra. Nosotros, como ciudadanía responsable debemos decir NO al chantaje del pago de una deuda que es ilegítima en su origen (ya que sólo está beneficiando a los beneficios de los banqueros y de algunos políticos), inmoral (para cuando obliga al Estado a desmantelar el estado del bienestar) e injusta (porque quien lo está pagando es la población en lugar de aquellos que originaron la crisis). Digamos no, al tiempo que, si tenemos ahorros o cobramos una nómina domiciliada, no les hagamos el juego y depositémoslos en la banca ética.