por Daniel Gómez-Olivé i Casas
Estos días vemos cómo los líderes europeos están exprimiendo al máximo la piel de naranja griega, para asegurarse que todo el jugo vierta en sus vasos, sedientos como están de recobrar deudas helénicas. Las exigencias de la Troika (CE, BCE y FMI) al Gobierno griego nos muestran cuán cruel es la falta de solidaridad entre socios cuando de lo que se trata es del reclamo de deudas impagables. De la misma manera, vemos cómo la democracia y la garantía de derechos sociales se diluyen, en la justa medida en que la presión internacional exige al Gobierno griego que priorice el pago de las deudas al pago social que todo Estado tiene la obligación constitucional de atender. Pero ¿qué es lo que debe Grecia? ¿A quién se lo debe? ¿Por qué se debe? Y lo más importante: ¿qué se debe hacer ante este chantaje?