Declaración final de la Coordinación nacional de ATTAC/CADTM Marruecos
27 de septiembre
Todas estas medidas corroboran las recomendaciones de las Instituciones Financieras Internacionales y reducen nuestra soberanía económica, ya comprometida por la espiral de la deuda.
Rabat, 16 de septiembre de 2012.
27 de septiembre
El 16 de septiembre de 2012, nuestra asociación celebró en Rabat su
sesión ordinaria de la Coordinación nacional. Esa reunión tuvo lugar en
un contexto de crisis continua del sistema capitalista y de la pérdida
de credibilidad de su modelo de desarrollo mercantilista. Nuestra
reunión coincidió también con la persistencia de las movilizaciones
políticas y sociales en el ámbito internacional, que ofrece una ocasión a
las alternativas radicales al modelo capitalista establecido. Una
ocasión para hacer un balance de la situación económica del país y
recordar el clima de represión que pesa sobre los y las militantes.
Crisis internacional, crisis marroquí
A pesar de la hipocresía del discurso oficial, la crisis
internacional tiene un impacto negativo y directo sobre la economía
marroquí. Sobre todo porque el desarrollo de nuestro país fue hipotecado
a los inversores extranjeros y a los exportadores hacia la zona euro,
por nuestros centros de decisión. Actualmente, la zona euro está al
borde de la quiebra, y reduce su demanda internacional. Peor aún, las
opciones aventuradas de los que deciden en nuestro país consiguieron que
Marruecos pase de país exportador de productos agrícolas a ser un país
dependiente en la alimentación de su población. Un testimonio de esta
situación es la tensión en el mercado del trigo y la necesidad que tiene
el país de importar mayores cantidades cada año. La crisis actual
amplificará el fracaso de las estrategias sectoriales en la agricultura,
el turismo, la industria, etc., ya que todas dependen de la demanda
internacional.
Para salir de sus crisis, los centros de decisión imperialistas
presionan a los países del Sur para que abran sus mercados y anulen los
aranceles aduaneros mediante los Tratados de Libre Comercio (TLC). Los
países del Norte también presionan para crear «un clima de negocios» que
favorezca las Inversiones Directas Extrajeras (IDE). Nuestros
gobiernos, desde hace dos décadas responden por medio de programas de
infraestructuras, zonas francas, exoneraciones fiscales y una oferta
inmobiliaria tentadora (terrenos a precio simbólico, zonas industriales
equipadas, etc.) Y para colmo, nuestro Estado ofrece una mano de obra
calificada con salarios de miseria. Ayudados por un código laboral que
instituye la flexibilidad y la subcontratación, y una protección social
casi inexistente, esos «inversores» crean empleos precarios para jóvenes
que están sufriendo un desempleo masivo. Por su lado, la Unión Europea,
el primer socio económico de Marruecos, exige más al gobierno. Y éste
negocia, como es el caso de Argelia, Túnez y Jordania, una
profundización del libre comercio entre la UE y los países del sur del
Mediterráneo.
El gobierno actual quiere ser un buen alumno y promete cumplir el
máximo. Está preparando una ley que amordaza más aún el derecho de
huelga. Ese texto se agregará al artículo 288 del código penal, que
criminaliza a los huelguistas. El gobierno también anuncia su voluntad
de facilitar todavía más las IDE en los sectores sociales (salud,
educación, agua, electricidad, transporte en común, recolección de
residuos, viviendas sociales, etc.). Tampoco esconde su voluntad de
abrir la cartera pública al sector privado, especialmente en los
sectores de la aviación, los puertos, los ferrocarriles y los bancos.
Todas estas medidas corroboran las recomendaciones de las Instituciones Financieras Internacionales y reducen nuestra soberanía económica, ya comprometida por la espiral de la deuda.
Deuda: el retorno de la deuda externa y del FMI
El endeudamiento del Estado llega a la cúspide. La deuda pública
(interior y exterior) de Marruecos alcanzaba a fines de 2011 la cifra de
582.000 millones de dirhams, o sea, 52.000 millones de dólares. Esta
deuda equivale al 72 % del PIB. Se reparte entre deuda externa: 190.000
millones de dirhams (21.900 millones de dólares) e interior: 392.000
millones de dirhams. A fines de 2012, la deuda alcanzará los 636.000
millones de dirhams, o sea el 75 % del PIB. El servicio de la deuda, que
es la suma de la amortización del capital prestado más los intereses
generados, costó al presupuesto, entre 2004 y 2011. ¡94.000 millones de
dirhams!
Estos reembolsos se dividen como sigue: 18.500 millones de dirhams
para la deuda interior y 75.000 millones de dirhams para la deuda
exterior. Para entender la amplitud de la carga de la deuda, es útil
recordar una cifra: entre 1983 y 2011, Marruecos reembolsó 115.000
millones de dirhams de deuda externa, o sea, ¡8 veces la suma prestada! Y
debe reembolsar todavía a los acreedores 22.000 millones de dirhams.
Loa años 2000 fueron marcados por una política de endeudamiento en el
mercado interior, mientras que ahora el Estado se dirige de nuevo hacia
el mercado internacional. Así pues, en 2010, el gobierno hizo un
llamamiento al mercado internacional para la venta de bonos del tesoro
por un valor de 1.000 millones de euros. Está prevista una nueva oferta,
entre octubre y noviembre de 2012, de una suscripción de igual monto. A
todo esto se agrega la apertura de una línea de precaución y liquidez
(LPL) de 6.200 millones de dólares puesta a disposición de Marruecos por
el FMI para cubrir el desequilibrio de la balanza de pagos para los dos
próximos años.
Represión y procesos injustos
Estos políticos nos llevan al desastre. La crisis que se anuncia la
soportarán, una vez más, las clases pobres y pauperizadas. Sin embargo,
el pueblo que reclama servicios públicos de calidad y empleo es
reprimido, arrestado y sometido a procesos injustos. El último de estos
fue el de los miembros del Movimiento 20 de febrero (M20F) en
Casablanca.
Nuestra asociación denuncia los veredictos parciales de estos
procesos arbitrarios. Actualmente, hay agricultores (región de Chlihat),
estudiantes (Marrakech, Kenitra, Fez,Taza, etc.) obreros, militantes
del M20F que son procesados o condenados en el marco de esta feroz
represión llevada a cabo por el régimen. Exigimos la inmediata
liberación de todos esos prisioneros y la suspensión de los
procedimientos judiciales que les afectan.
Denunciamos también el acoso continuo que se hace a nuestra
asociación y a sus miembros. Todavía seguimos privados de nuestro
derecho a ser una organización legal. El estado acaba de rechazar la
renovación de nuestro documento de autorización, en contra de la ley.
Nuestros miembros son perseguidos por su militancia. Los últimos
procesos, hasta la fecha, son los de Ibrahim Bara y Hassan Agherbi del
grupo de Ifni. Mustafá Sandia, Hicham Laâouini y Medkouri del grupo de
Safi están también procesados a causa de sus acciones.
En conclusión, recibimos con entusiasmo las prometedoras iniciativas
que proponen la auditoría de la deuda pública en Túnez y en Egipto. Y
aprovechamos esta ocasión para hacer un llamamiento a las organizaciones
populares con el fin de crear un frente común para realizar una
auditoría completa de la deuda pública marroquí, con el objetivo de
anular la parte odiosa de esa deuda. Nuestro llamamiento se dirige
también a todas las organizaciones preocupadas por el futuro del pueblo
marroquí, de sus riquezas y de su soberanía nacional.
Traducción del francés por Griselda Piñero