"Quien se pronuncia por el camino reformista en lugar de y en oposición a la conquista del poder político y a la revolución social no elige en realidad un camino más tranquilo, seguro y lento hacia el mismo objetivo, sino un objetivo diferente: en lugar de la implantación de una nueva sociedad, elige unas modificaciones insustanciales de la antigua." Rosa Luxemburgo

lunes, 1 de octubre de 2012

Marruecos: crisis, deuda y represión

Declaración final de la Coordinación nacional de ATTAC/CADTM Marruecos
27 de septiembre

El 16 de septiembre de 2012, nuestra asociación celebró en Rabat su sesión ordinaria de la Coordinación nacional. Esa reunión tuvo lugar en un contexto de crisis continua del sistema capitalista y de la pérdida de credibilidad de su modelo de desarrollo mercantilista. Nuestra reunión coincidió también con la persistencia de las movilizaciones políticas y sociales en el ámbito internacional, que ofrece una ocasión a las alternativas radicales al modelo capitalista establecido. Una ocasión para hacer un balance de la situación económica del país y recordar el clima de represión que pesa sobre los y las militantes.

Crisis internacional, crisis marroquí

A pesar de la hipocresía del discurso oficial, la crisis internacional tiene un impacto negativo y directo sobre la economía marroquí. Sobre todo porque el desarrollo de nuestro país fue hipotecado a los inversores extranjeros y a los exportadores hacia la zona euro, por nuestros centros de decisión. Actualmente, la zona euro está al borde de la quiebra, y reduce su demanda internacional. Peor aún, las opciones aventuradas de los que deciden en nuestro país consiguieron que Marruecos pase de país exportador de productos agrícolas a ser un país dependiente en la alimentación de su población. Un testimonio de esta situación es la tensión en el mercado del trigo y la necesidad que tiene el país de importar mayores cantidades cada año. La crisis actual amplificará el fracaso de las estrategias sectoriales en la agricultura, el turismo, la industria, etc., ya que todas dependen de la demanda internacional.

Para salir de sus crisis, los centros de decisión imperialistas presionan a los países del Sur para que abran sus mercados y anulen los aranceles aduaneros mediante los Tratados de Libre Comercio (TLC). Los países del Norte también presionan para crear «un clima de negocios» que favorezca las Inversiones Directas Extrajeras (IDE). Nuestros gobiernos, desde hace dos décadas responden por medio de programas de infraestructuras, zonas francas, exoneraciones fiscales y una oferta inmobiliaria tentadora (terrenos a precio simbólico, zonas industriales equipadas, etc.) Y para colmo, nuestro Estado ofrece una mano de obra calificada con salarios de miseria. Ayudados por un código laboral que instituye la flexibilidad y la subcontratación, y una protección social casi inexistente, esos «inversores» crean empleos precarios para jóvenes que están sufriendo un desempleo masivo. Por su lado, la Unión Europea, el primer socio económico de Marruecos, exige más al gobierno. Y éste negocia, como es el caso de Argelia, Túnez y Jordania, una profundización del libre comercio entre la UE y los países del sur del Mediterráneo.

El gobierno actual quiere ser un buen alumno y promete cumplir el máximo. Está preparando una ley que amordaza más aún el derecho de huelga. Ese texto se agregará al artículo 288 del código penal, que criminaliza a los huelguistas. El gobierno también anuncia su voluntad de facilitar todavía más las IDE en los sectores sociales (salud, educación, agua, electricidad, transporte en común, recolección de residuos, viviendas sociales, etc.). Tampoco esconde su voluntad de abrir la cartera pública al sector privado, especialmente en los sectores de la aviación, los puertos, los ferrocarriles y los bancos.

Todas estas medidas corroboran las recomendaciones de las Instituciones Financieras Internacionales y reducen nuestra soberanía económica, ya comprometida por la espiral de la deuda.

Deuda: el retorno de la deuda externa y del FMI

El endeudamiento del Estado llega a la cúspide. La deuda pública (interior y exterior) de Marruecos alcanzaba a fines de 2011 la cifra de 582.000 millones de dirhams, o sea, 52.000 millones de dólares. Esta deuda equivale al 72 % del PIB. Se reparte entre deuda externa: 190.000 millones de dirhams (21.900 millones de dólares) e interior: 392.000 millones de dirhams. A fines de 2012, la deuda alcanzará los 636.000 millones de dirhams, o sea el 75 % del PIB. El servicio de la deuda, que es la suma de la amortización del capital prestado más los intereses generados, costó al presupuesto, entre 2004 y 2011. ¡94.000 millones de dirhams!

Estos reembolsos se dividen como sigue: 18.500 millones de dirhams para la deuda interior y 75.000 millones de dirhams para la deuda exterior. Para entender la amplitud de la carga de la deuda, es útil recordar una cifra: entre 1983 y 2011, Marruecos reembolsó 115.000 millones de dirhams de deuda externa, o sea, ¡8 veces la suma prestada! Y debe reembolsar todavía a los acreedores 22.000 millones de dirhams.

Loa años 2000 fueron marcados por una política de endeudamiento en el mercado interior, mientras que ahora el Estado se dirige de nuevo hacia el mercado internacional. Así pues, en 2010, el gobierno hizo un llamamiento al mercado internacional para la venta de bonos del tesoro por un valor de 1.000 millones de euros. Está prevista una nueva oferta, entre octubre y noviembre de 2012, de una suscripción de igual monto. A todo esto se agrega la apertura de una línea de precaución y liquidez (LPL) de 6.200 millones de dólares puesta a disposición de Marruecos por el FMI para cubrir el desequilibrio de la balanza de pagos para los dos próximos años.

Represión y procesos injustos

Estos políticos nos llevan al desastre. La crisis que se anuncia la soportarán, una vez más, las clases pobres y pauperizadas. Sin embargo, el pueblo que reclama servicios públicos de calidad y empleo es reprimido, arrestado y sometido a procesos injustos. El último de estos fue el de los miembros del Movimiento 20 de febrero (M20F) en Casablanca.

Nuestra asociación denuncia los veredictos parciales de estos procesos arbitrarios. Actualmente, hay agricultores (región de Chlihat), estudiantes (Marrakech, Kenitra, Fez,Taza, etc.) obreros, militantes del M20F que son procesados o condenados en el marco de esta feroz represión llevada a cabo por el régimen. Exigimos la inmediata liberación de todos esos prisioneros y la suspensión de los procedimientos judiciales que les afectan.

Denunciamos también el acoso continuo que se hace a nuestra asociación y a sus miembros. Todavía seguimos privados de nuestro derecho a ser una organización legal. El estado acaba de rechazar la renovación de nuestro documento de autorización, en contra de la ley. Nuestros miembros son perseguidos por su militancia. Los últimos procesos, hasta la fecha, son los de Ibrahim Bara y Hassan Agherbi del grupo de Ifni. Mustafá Sandia, Hicham Laâouini y Medkouri del grupo de Safi están también procesados a causa de sus acciones.

En conclusión, recibimos con entusiasmo las prometedoras iniciativas que proponen la auditoría de la deuda pública en Túnez y en Egipto. Y aprovechamos esta ocasión para hacer un llamamiento a las organizaciones populares con el fin de crear un frente común para realizar una auditoría completa de la deuda pública marroquí, con el objetivo de anular la parte odiosa de esa deuda. Nuestro llamamiento se dirige también a todas las organizaciones preocupadas por el futuro del pueblo marroquí, de sus riquezas y de su soberanía nacional.

Rabat, 16 de septiembre de 2012.

Traducción del francés por Griselda Piñero