por Eric Toussaint, Roger Xuriach
Artículo publicado en Público.es
Para el desarrollo del libro, el politólogo ha analizado las medidas empleadas por el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de los Estados Unidos a la hora de frenar la crisis. Y de sus conclusiones extrae que estas políticas "están ligadas a una ofensiva del gran capital contra los derechos humanos". Para Toussaint es absurdo pensar que el BCE y la Comisión Europea comprimen el gasto público de sus miembros con el objetivo de favorecer las economías periféricas y reducir asimetrías. "Lo que realmente buscan es que la producción europea sea más competitiva en un mercado mundial frente a EE UU, China o Japón. Por eso necesitan más desempleo y salarios cada vez más bajos, aunque para ello tengan que reducir la protección social de los ciudadanos a unos niveles que no se veían desde el final de la Segunda Guerra Mundial", explica.
Artículo publicado en Público.es
El politólogo belga Éric Toussaint reconoce en la
presentación de ’Bancocracia’, un libro que habla sobre la necesidad de
socializar el sector bancario, que le gustaría participar en la
auditoria pública de la deuda que promete Podemos en caso de llegar al poder.
El doctor en Ciencias Políticas Éric Toussaint ha estado estos días en Barcelona para presentar Bancocracia
(Editorial Icaria), su nuevo libro, donde denuncia las manipulaciones y
los crímenes que, a su juicio, llevan cometiendo los bancos privados
con la connivencia de los gobiernos y los bancos centrales desde que
estalló la crisis económica. Toussaint, en una charla con Público,
reconoce haber concebido esta obra como un "instrumento pedagógico para
que la ciudadanía entienda mejor la opacidad de los grandes bancos
privados internacionales", a los que acusa de interconectarse "con
promiscuidad, complicidad y sin precauciones" con el poder político.
Para el desarrollo del libro, el politólogo ha analizado las medidas empleadas por el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de los Estados Unidos a la hora de frenar la crisis. Y de sus conclusiones extrae que estas políticas "están ligadas a una ofensiva del gran capital contra los derechos humanos". Para Toussaint es absurdo pensar que el BCE y la Comisión Europea comprimen el gasto público de sus miembros con el objetivo de favorecer las economías periféricas y reducir asimetrías. "Lo que realmente buscan es que la producción europea sea más competitiva en un mercado mundial frente a EE UU, China o Japón. Por eso necesitan más desempleo y salarios cada vez más bajos, aunque para ello tengan que reducir la protección social de los ciudadanos a unos niveles que no se veían desde el final de la Segunda Guerra Mundial", explica.
El libro es también un alegato a favor de la socialización del sector
bancario, una de las medidas que Toussaint propone "de forma radical"
para poner freno al capitalismo financiero. "El sector del ahorro,
crédito e inversión es demasiado serio para la sociedad como para
dejarlo en manos del interés
privado y capitalista. Pensar que los bancos privados internacionales
pueden volver a disciplinarse es una utopía", sostiene. A efectos
prácticos, y en clave española, el politólogo cree que "hay que
expropiar a gigantes financieros como el Banco Santander o el BBVA.
Separar la parte que reciben del ahorro y mantener el espacio para la
inversión a través de cooperativas que permitan un control ciudadano de
su funcionamiento". Lo mismo opina sobre el sector energético: "Hay que ir más allá de la mera nacionalización. Los sectores prioritarios deben definirse en un marco de servicio público".
Desde su experiencia como presidente del Comité para la Anulación de la Deuda
del Tercer Mundo y miembro de la CAIC-Ecuador (Comisión presidencial de
Auditoría Integral del Crédito público), el pensador belga también cree
que la única manera de torpedear la hoja de ruta de la Comisión Europea es dejar de pagar la deuda pública ilegítima.
Esa es la condición que exige a Podemos en el caso de que alcance el
poder. "Su proyecto entusiasma. Y su obligación moral, de entrar en el
Gobierno, es la de desobedecer a los que siguen mandando desde
Bruselas". El partido de Pablo Iglesias así lo ha anunciado por tierra,
mar y aire: primero hará una auditoría pública de la deuda; luego
suspenderá el pago de la que identifique como ilegítima y reestructurará
la otra. "Me gustaría participar en una comisión para auditar la deuda
en España. Brindar mi experiencia y la de mi asociación a Podemos.
Actualmente hemos tenido conversaciones, pero sólo de carácter
informal", apunta Toussaint.
¿Deben estar tranquilos los mercados internacionales con la irrupción de Podemos? "Hay una retórica de la Comisión Europea construida a base de amenazas. Es un discurso propagandístico del miedo.
Pero si un gobierno está decidido a desobedecer, no tiene por qué tener
consecuencias drásticas", argumenta a través de casos como los de
Chipre o Bélgica, su país, "cuya deuda pública fue de más del 80% y
nunca tuvo represalias".
Para el politólogo, "la fuerza de la CE y la BCE está basada en la
docilidad de los gobiernos que aceptan la lógica y se niegan a elegir
otro camino, como ocurrió con Hollande, que prometió no ratificar los
tratados europeos y luego traicionó a sus votantes". Una lección de la
que aprender, según el autor de Bancocracia. "Lo que pasó en
Francia es la demostración de esa promiscuidad entre partidos políticos
tradicionales, que se hacen llamar socialistas, liberales o populares,
pero que siguen un mismo patrón. Hollande pudo abrir otro escenario en
Europa pero se dejó integrar por el sistema".
Por eso le tiene tanta fe a los partidos nacidos de una base ciudadana, como Podemos en España o Syriza en Grecia. "Recogen dinámicas que vienen desde abajo y espero que pronto cuenten con nuevas simpatías en otros países. Tienen una oportunidad única, que no va a durar mucho".
Sobre otro de los puntos destacados del programa económico del
partido de Pablo Iglesias, el de incrementar significativamente el
salario mínimo interprofesional y establecer un salario máximo vinculado
a este salario mínimo, Toussaint opina que "la redistribución de la
riqueza es factible si está acompañada de una política tributaria
radicalmente distinta". Tampoco cree que esta medida afecte a los
precios del mercado "porque los márgenes de las empresas siguen siendo
importantes", aunque advierte que debe ir acompañada de "una política
para fortalecer las pequeñas y medianas empresas". A vueltas con la
socialización bancaria, el politólogo recuerda que "sacar a los grandes
monopolios privados de la lógica capitalista no es ir en contra de la
iniciativa privada. Sólo se trata de entender que bancos o
multinacionales eléctricas no tienen porqué competir si de lo que se
trata es de ofrecer un servicio básico al ciudadano". Recalca, para
terminar, que todas estas medidas no sólo harían aumentar la producción
económica de un país, también garantizarían un ahorro importante. "Rescatar a la banca privada o regalar dinero a empresas privadas a través de la exención fiscal sí que sale caro".
Fuente: publico.es : http://www.publico.es/dinero/557784...