por Rafael Granel, Diagonal València, 06/04/15
Guanyem | Perspectiva de género
Guanyem | Perspectiva de género
Durante los próximos tres días, los ciudadanos que previamente se hayan registrado podrán votar en primarias abiertas a la persona que será presentada por València en Comú a presidir el ayuntamiento. Entre las candidaturas destaca una fuerte presencia masculina en un espacio diseñado para promover la participación de la mujer en todas las esferas. Diagonal València se reúne con distintas mujeres que participan activamente en el proceso para enfrentar esta situación.
“La primera sorprendida fui yo”, apunta Milena Leal, activista de la PAH enfocada en bienestar social, cuando se supo la única mujer que se presentaba a presidir el Consistorio de València junto a otros 15 hombres por València en Comú. Sin embargo, añade, “no deberíamos sorprendernos: la paridad no es natural. [La lista] no es más que el reflejo de cada una de las comisiones donde había unos diez hombres por cada dos mujeres”.
Finalmente, ocho compañeros y ella competirán durante estos tres días
en primarias abiertas tras retirarse varias candidaturas.
Sin embargo, la predominancia masculina en el espacio municipalista no es cuestión de ratios.
A pesar de que en el partido se propicia la equidad; todas las mujeres
entrevistadas coinciden en que se han reproducido estructuras
patriarcales dentro del proyecto ciudadano. “Al final la velocidad del
proceso no permite construir algo que todos querríamos pero que no da
tiempo; tienes que decidir: o vas a las elecciones con la estructura que tenemos, una estructura machista, o no vas. Y se ha elegido ir”, explica María Oliver, arquitecta comprometida con una ciudad que garantice los derechos humanos.
Neus Fábregas,
activista vinculada al barrio de Ruzafa y que aboga por la
participación, explica que València en Comú es un espacio más, reflejo
de esta ciudad. “En todos aquellos espacios donde se trabajan los
derechos humanos, la lucha por paz, etc., hay muchas más mujeres que
hombres, pero aunque haya más mujeres, estos [los hombres] son mucho más visibles, participan opinando más, se hacen más visibles en su voz.
Y de alguna manera los medios de comunicación muestra más a los
hombres”. Ángela Pedraza, activista ligada al colectivo migrante, añade
que “es un problema de las mujeres en general. La mujer tiene que
escoger entre quedarnos en la labor de cuidados o participar en la vida
pública, porque no existen formas de conciliar estas dos esferas”. En el
mismo sentido se pronuncia Oliver, “si yo estoy aquí es porque me he
agrupado con otras dos mujeres, yo sola no hubiera podido hacerlo.
Necesitas mucha más estructura de lo que necesita un hombre”.
“[A las mujeres] no se las ha apoyado de una forma explícita, y sobre
todo no se las ha legitimado. Entre la política colaborativa y otra más
competitiva ha habido un salto que ha practicado la diferencia de
género”, denuncia Eva Caro, una de las coordinadoras de València en
Comú, como una de las razones del problema. Oliver, comparte su
argumento: “La política es muy competitiva, estás siempre en lenguajes más violentos de lo que desearía.
En ese mundo, las posturas más femeninas dan un paso atrás y lo que se
quedan son hombres y mujeres apoyadas por hombres". Pedraza añade:
“Muchos esperábamos que hubiera una candidatura unitaria, que desde los
movimientos sociales la gente se involucrara, pero no se ha dado, y creo
que obedece al momento del tejido social que vive la ciudad. Pero
nosotros tenemos que seguir con la apuesta y que en un futuro se dé esa
confluencia”.
No obstante, todas ellas reivindican el proyecto: “València en Comú es un espacio de participación que permitirá a largo plazo el empoderamiento de todos los colectivos no sólo de las mujeres”,
reclama Pedraza. En la elaboración del código ético se ha realizado
esta reflexión con la intención de generar mecanismos que incrementen el
empoderamiento de las mujeres a través de la participación en espacios
colectivos. “Existen mujeres muy válidas y valientes que han decidido
ocupar puestos dentro de las concejalías, de campos muy variados, que
pueden aportar una visión muy femenina que no debemos dejar en manos de
los hombres”, explica Leal. Caro está de acuerdo: “Existes muchas
mujeres potentes en la coordinadora, hay un fuerte nivel de implicación.
Las mujeres están ofreciendo una calidad muchísimo más amplia en las candidaturas que los hombres”.
Sin embargo, Oliver añade una última reflexión: “Si en el paso cero
ya nos están llevando a jugar a su terreno, qué posibilidades vamos a
tener en el ayuntamiento para llevarlos nosotros al nuestro. Es una contradicción interna que tiene el espacio [municipalista] pero si no lo vives no lo puedes resolver, y por eso seguimos”.