"Quien se pronuncia por el camino reformista en lugar de y en oposición a la conquista del poder político y a la revolución social no elige en realidad un camino más tranquilo, seguro y lento hacia el mismo objetivo, sino un objetivo diferente: en lugar de la implantación de una nueva sociedad, elige unas modificaciones insustanciales de la antigua." Rosa Luxemburgo

domingo, 19 de julio de 2015

Para el Presidente del Parlamento Europeo Señor Martin Schulz

por Zoe Konstantopoulou
Traducción : Aiala Elorrieta

La necesidad de que los parlamentos garanticen el pleno respeto de los procedimientos democráticos y la protección de los derechos humanos en la Unión Europea, a la luz del reciente referéndum celebrado en Grecia.

Señor Presidente,
Estimado colega/compañero,

Como ya sabrá, el 5 de Julio de 2015, en virtud de una decisión del Parlamento Heleno, la República Helena celebró un referéndum sobre el marco establecido en dos documentos (titulados “Reformas para la culminación del programa actual y más allá” y “Análisis Preliminar de la Sostenibilidad de Deuda para Grecia”) presentados el 25 de junio de 2015 por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Al Gobierno Griego se le concedieron 48 horas (con plazo límite el 27 de junio de 2015) para que diera una respuesta. El Gobierno, considerando que la propuesta consistía en términos y condiciones que sobrepasaban su reciente mandato, no aceptó el plazo límite y pidió al pueblo que se pronunciara sobre los documentos, mediante un referéndum. El referéndum se decidió tras el debate que se llevó a cabo en el Pleno del Parlamento los días 27 y 28 de junio. La pregunta dirigida al pueblo consistía en si aceptaban o rechazaban aquellos documentos,los cuales el gobierno debía aceptar o rechazar en su nombre. El referéndum se llevó a cabo el 5 de julio de 2015 y los documentos fueron rechazados por el pueblo griego por una mayoría amplia del 61,31% del voto.

Este era el primer referéndum celebrado en Grecia en los últimos 41 años, después de que se restableciera la Democracia (1974) y la Constitución entrara en vigor (1975). También era la primera vez que al pueblo griego se lo concedía una “voz” directa sobre las medidas y memorándums que se le han aplicado desde Mayo 2010.

Durante los últimos cinco años, las medidas se han legislado violando el derecho internacional y las disposiciones constitucionales, a través de procedimientos extraordinarios, de extrema urgencia, evitando el Parlamento o eludiendo la discusión parlamentaria o el voto (por ejemplo, leyes de 100 páginas interpretadas en un sólo artículo a discutir y votar en 10 horas), tal y como tuve ocasión de explicar a lo largo de nuestra reunión en Roma, el pasado abril.

Estas medidas han tenido como resultado una crisis humanitaria sin precedentes, una miseria indescriptible y graves violaciones de derechos humanos básicos, documentados en varias decisiones emitidas por los tribunales griegos, así como por el Comité Europeo de Derechos Sociales, el Informe presentado por el Experto Independiente de las Naciones Unidas sobre Deuda Externa y Derechos Humanos, las conclusiones obtenidas por el Informe del Parlamento Europeo sobre el papel y el funcionamiento de la Troika, y por el Informe preliminar de la Comité de la Verdad sobre la Deuda Pública, establecido en el contexto del Reglamento interno del Parlamento Helénico. Este Informe preliminar de la Comité de la Verdad sobre la Deuda Pública del Parlamento Heleno, se adjunta a este mensaje, para su información, para subrayar la necesidad democrática de revisar las políticas Europeas sobre la Deuda Griega, la cual el Comité ha estimado como ilegítima, ilegal, odiosa e insostenible. Esto significa que la deuda ha sido generada mediante procedimientos que violan los derechos humanos, la legislación internacional y la Constitución Griega. También significa que es imposible pagar la deuda sin más violaciones graves de derechos sociales y económicos fundamentales que son una parte intrínseca de nuestra civilización Europea y patrimonio común.

El reciente referéndum ha sido la primera vez en la que el Parlamento ha dado “voz” antes de aprobar un acuerdo durante los últimos cinco años y también la primera vez que al pueblo se le concedía “voz” de cara a medidas específicas que iban a aplicarse sobre el pueblo mismo. Fue un verdadero momento de Democracia.

Desafortunadamente, este proceso democrático no estuvo libre de interferencias, intervenciones y obstáculos externos. Debido a la decisión del BCE de no garantizar liquidez suficiente, la gente fue llamada a votar con los bancos cerrados, y sujetos a controles de capital. Más aún, líderes y funcionarios europeos insistieron en continuas declaraciones públicas, tergiversando groseramente la pregunta del referéndum o pidiendo su anulación, en un intento de anticiparse a sus resultados mediante interpretaciones arbitrarias del «sí» o «no». Como ya sabe, la pregunta del referéndum no era sobre continuar o abandonar la Unión Europea o la Eurozona, sino explícitamente sobre aceptar o rechazar las propuestas presentadas el 25 de junio de 2015, en forma de ultimátum. Sin embargo, funcionarios europeos hicieron repetidas declaraciones presentándolo como un referéndum a favor o en contra de Europa o el euro, socavando así el principio mismo de la Unión Europea .

A pesar de estas intervenciones y las condiciones en que se llevó a cabo la votación (bancos cerrados durante una semana), el pueblo griego rechazó de forma abrumadora las propuestas de punto final para mayor austeridad y pagar una deuda insostenible. Curiosamente, durante la semana anterior al referéndum, se reveló que la deuda fue evaluada como insostenible por el informe borrador del FMI (titulado Borrador Preliminar de Análisis de Sostenibilidad de la Deuda), del 26 de junio de 2015, que no se hizo público hasta el 2 de Julio de 2015. Este informe contradice y desaprueba el “Análisis Preliminar de la Sostenibilidad de Deuda para Grecia” del día anterior, 25 de junio de 2015, presentado al Gobierno Griego y sometido a votación, confirmando así que era justo que el gobierno y el pueblo lo rechazaran.

El pueblo griego, a través de su voto, están concediendo a la democracia y a la transparencia en Europa una oportunidad de prevalecer.

Como parlamentarios y Jefes de Parlamento, estamos llamados a reflexionar cuidadosamente sobre el resultado del referéndum y a respetarlo, así como a cooperar para encontrar una solución humana y democrática para un pueblo que ha sufrido durante mucho tiempo. Estamos llamados a respetar el derecho del pueblo griego a vivir con dignidad y esperanza, a través de soluciones que puedan garantizar que Europa siga siendo un verdadero hogar para su cidadanía, y no una prisión para su gente.

Estoy convencida de que los Parlamentos de la Unión Europea y el Parlamento Europeo deberían ser informados adecuadamente sobre los hechos y adecuadamente involucrados en los procedimientos de la Unión, con el fin de garantizar que la democracia en Europa no ceda su lugar a prácticas no-legitimadas que socavan la prosperidad y el bienestar de los pueblos europeos y las sociedades europeas, violando así los objetivos estatutarios principales de la UE, tal como se establece en el Artículo Común 3 de los Tratados.

Los parlamentos y los parlamentarios son elegidos por el pueblo y para responder por el pueblo. Son, por definición, la voz genuina del pueblo. Y deberían cumplir con las expectativas de la gente de proteger los valores y garantías europeas fundamentales.

Mirando la situación una vez más desde una perspectiva parlamentaria y democrática, es intolerable presenciar los continuos intentos de impugnar o incluso de negar el derecho de un pueblo a decidir, a través de un referéndum democrático, por sus derechos fundamentales de vivir, de dignidad, empleo, bienestar social, salud, educación, pensiones, y la perspectiva de generaciones jóvenes y futuras. Una perspectiva seriamente comprometida, a través de las llamadas políticas de «rescate», que han conducido a un desempleo del 60% entre los jóvenes, del 72% entre las mujeres jóvenes, y a una deuda € 32.500 por cada bebé nacido en Grecia.

Me gustaría, por tanto, pedirle amablemente que se abstenga de hacer declaraciones como las que usted ha hecho los últimos días, antes y después del referéndum; declaraciones que implican que el voto negativo contra medidas antisociales ofrece un terreno para la acción punitiva contra el pueblo griego. Igualmente me gustaría pedirle que se abstenga declaraciones que contienen interpretaciones arbitrarias y falsas de los resultados del referéndum, y cuestionan un procedimiento democrático en un estado miembro de la UE.

También me gustaría destacar que el hecho mismo de que el BCE siga negando una adecuada liquidez, ampliando así el cierre de los bancos, crea una impresión sólida de que el pueblo y el gobierno están siendo castigados por ejercer un derecho político fundamental; el derecho a votar. Por otra parte, el hecho de que las declaraciones oficiales, incluyendo las suyas propias, prevén la necesidad de ayuda humanitaria a la población griega si esta situación persiste, indica que son conscientes de que la supervivencia misma del pueblo griego está en peligro por la negativa del BCE a conceder liquidez. Este reconocimiento subraya la necesidad urgente de una solución democrática y humana en lugar de repercusiones antidemocráticas e inhumanas. También pone de manifiesto el nivel de responsabilidad que los funcionarios y líderes europeos están llamados a asumir.

La tragedia griega no es un juego y no debe disociarse de los errores consecutivos, errores de cálculo y errores flagrantes cometidos por los acreedores de Grecia, y que estos últimos han reconocido públicamente. Victimizar a una población con el fin de compensar tales errores es una solución intolerable, lo que contradice los principios europeos.

Por lo tanto, hago un llamamiento a su sentido de solidaridad europea y le pido que contribuya con el fin de superar esta crisis, para asegurar que el respeto de la democracia, los derechos fundamentales y la igualdad en la Unión Europea prevalezcan, y que a tal efecto, ejerza el control parlamentario democrático necesario a las instituciones europeas.

Sinceramente,
Zoe N. Konstantopoulou
Presidenta del Parlamento Heleno.

Zoe Konstantopoulou es abogada, diputada de Syriza, y presidente del Parlamento griego desde febrero de 2015.