"Quien se pronuncia por el camino reformista en lugar de y en oposición a la conquista del poder político y a la revolución social no elige en realidad un camino más tranquilo, seguro y lento hacia el mismo objetivo, sino un objetivo diferente: en lugar de la implantación de una nueva sociedad, elige unas modificaciones insustanciales de la antigua." Rosa Luxemburgo

jueves, 7 de julio de 2016

Deloitte, en el banquillo de los acusados en el caso Bankia

por Jérôme Duval
Traducción: Gladys Martínez.


El 20 de junio, la gigante de la auditoría Deloitte se sienta en el banquillo de los acusados en el marco del caso Bankia. La plataforma 15MpaRato, que ejerce la acusación, la acusa de «responsabilidad directa» y «fraude masivo».

Los grandes gabinetes de auditoría, también llamados big four, asesoran a las multinacionales indicándoles los métodos más eficaces para utilizar de la mejor manera las legislaciones fiscales de los distintos países… para esquivarlas mejor. “Con nuestros 540 abogados repartidos en todo el territorio, estamos en situación de analizar esos cambios [legislativos que han tenido lugar en el contexto de crisis] y aconsejar a nuestros clientes de la mejor manera para que integren las nuevas leyes en sus empresas”, explicaba François Blin, de Deloitte España, durante una entrevista en mayo de 2011.

Con un precio por auditoría de varias decenas de millones de euros para las grandes multinacionales, el mercado es irresistible. En España, se estima que las empresas que cotizan en el Ibex 35 habrían gastado 184,8 millones de euros en 2015 por los servicios de auditoría, de control de riesgos y de asesoría, es decir, un 8,44% más que en el ejercicio anterior. Deloitte se lleva el mayor pedazo de la tarta y se embolsó así 108,97 millones de euros en 2015 (+9,18%), Ernst & Young obtuvo 55,17 millones de euros, y KPGM, 12,45 millones.

Las dos mayores quiebras de la historia reciente española, Bankia ‒el grupo financiero salido de la fusión de Caja Madrid y de otras seis cajas españolas‒ y la multinacional Abengoa, tienen un punto en común: las dos excluyeron a Deloitte después de los escándalos y procesos judiciales… El Estado, a través del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), dependiente del Ministerio de Economía, impuso una multa de 12,4 millones de euros a Deloitte por haber avalado los resultados financieros presentados por Rodrigo Rato, expresidente de Bankia, actualmente juzgado por blanqueamiento de capitales y corrupción. Esto permitió la entrada en bolsa de Bankia el 20 de julio de 2011.

En 2012, Deloitte facturó 490.000 euros a Bankia por asesorar al equipo de Rodrigo Rato para alcanzar las exigencias europeas en materia de saneamiento bancario. Tras el derrumbe espectacular de Bankia, que ocasionó pérdidas de cerca de 3.000 millones de euros, el Gobierno organizó su rescate con el dinero público de los contribuyentes. Deloitte, en un claro conflicto de intereses, se convertía en juez y parte al ser a la vez la sociedad responsable de auditar el banco y la consultoría encargada de certificar las cuentas. Según el ICAC, que impuso la multa, Deloitte es “responsable de una infracción continuada muy grave al haber incurrido en un incumplimiento del deber de independencia”.

Banquillo de los acusados


Hoy, 20 de junio, el representante legal de Deloitte y Francisco Celma Sánchez, responsables de la entrada en Bolsa de Bankia, deberán sentarse en el banquillo de los acusados y responder a los abogados del 15MpaRato, plataforma ciudadana que lanzó el caso Bankia y que los acusa de “responsabilidad directa” y de “fraude masivo”.

Las revelaciones de los Papeles de Panamá nos recuerdan que el gabinete de Gibraltar que gestionaba las sociedades del expresidente de Bankia Rodrigo Rato en el extranjero, Finsbury Trust & Corporate Services Limited, recurrió al gabinete Mossack Fonseca en 2013 para liquidar Westcastle Corporation y Red Rose Financial Enterprises, las dos empresas panameñas offshore que Rato utilizó durante más de dos décadas para esconder su fortuna.

Previamente, entre el 10 de junio de 2012 y el 11 de febrero de 2014, Rato, que también fue vicepresidente del Gobierno y director del FMI, se cuidó de transferir los más de 3,6 millones de euros de esas dos sociedades hacia sus propias cuentas.

Red Rose Financial Enterprises empezó a funcionar en noviembre de 2005, cuando Rato era aún director del FMI, hasta que fue oficialmente disuelta el 12 de julio de 2013. Corrió la misma suerte Westcastle Corporation, que desapareció el 23 de diciembre de 2014 tras dos décadas de “servicios”.
Las maniobras opacas del expresidente del FMI, que intentaba hacer desaparecer nuevos rastros sospechosos de sus actividades fraudulentas, constituye el enésimo escándalo que mancha a un personaje ligado con la institución de Washington (FMI), el Partido Popular, Bankia y Deloitte…

Fuente: Diagonal