por Jérôme Duval
¿A quién beneficia la opacidad de Panamá?
Traducción: Gladys Martínez López
Fuente: Diagonal
En plena tormenta del escándalo de los Papeles de
Panamá –que ya ha provocado la dimisión del primer ministro islandés,
Sigmundur David Gunnlaugsson, tras enormes manifestaciones, y la del
ministro español de Industria, José Manuel Soria, tras revelarse que
existían sociedades a su nombre en las Bahamas y en Jersey–, finalizaban las reuniones de primavera del FMI y del Banco Mundial el pasado 16 de abril.
La hipocresía del FMI y otras instituciones para combatir la evasión fiscal
La hipocresía del FMI y otras instituciones para combatir la evasión fiscal
La directora del FMI,
Christine Lagarde, acusada de abuso de poder en el ‘caso Tapie’,
aprovechó para defender la transparencia en materia fiscal. Puesto que
esto “debe ser un tema mayor de inquietud”, según sus propias palabras,
aprovechemos para recordar que el monto de su salario anual de 467.940
dólares –acompañado de una asignación de 83.760 dólares anuales para
gastos de representación– se halla exento de cualquier impuesto.
Christine Lagarde podrá hablar mucho de transparencia, pero preside una
institución cuya Junta de Gobernadores sigue siendo de las más opacas.
Poco después, el 19 de abril, el FMI, el Banco Mundial, la ONU y la OCDE
anunciaban la creación de una plataforma común destinada a ayudar a los
países pobres a combatir la evasión fiscal de las multinacionales.
Enésimo falso intento de combatir esa lacra, esta declaración de
intenciones parecería responder al informe de la ONG Oxfam publicado
algunos días antes, que afirma que en sólo cuatro años (hasta 2013) la
Sociedad Financiera Internacional (SFI, filial del Banco Mundial
especializada en préstamos al sector privado) invirtió 36.000 millones
de dólares a través de bancos, de fondos especulativos y de otros intermediarios
para financiar proyectos que provocan violaciones de derechos humanos
en todo el mundo. “Es el doble de los fondos consagrados por el Grupo
del Banco Mundial a la salud en el mismo periodo y tres veces más que
los dedicados a la educación”. En 2015, de las 68 empresas que tomaron
prestado del SFI fondos destinados a financiar proyectos de “desarrollo”
en el África subsahariana, 51 recurrieron a paraísos fiscales, principalmente la Isla Mauricio, tal y como aconsejaba el gabinete Deloitte.
Tras la orgullosa afirmación de Nicolas Sarkozy, el 23 de septiembre
de 2009 en TF1 y France 2, de que “los paraísos fiscales, el secreto
bancario, se han acabado”, y el compromiso del G20
el mismo año de luchar contra esos agujeros negros de la finanza
internacional estableciendo listas incoherentes, es normal que se dude
de la eficacia de cualquier iniciativa que emane de esas instituciones.
¿A quién beneficia la opacidad de Panamá?
Recordemos que los bancos europeos están muy implicados en la
delincuencia financiera. La empresa de servicios financieros Société
Générale tiene entre sus activos 979 sociedades offshore ,
inscritas por el gabinete de abogados panameño Mossack Fonseca, en el
centro del escándalo de los Papeles de Panamá, en relación con su filial
luxemburguesa, SG Bank & Trusts. Vienen a continuación el banco
británico HSBC (2.300 sociedades) y los suizos UBS (1.100) y Crédit
Suisse (1.105). Estos tres bancos, actualmente acusados en escándalos de
fraude fiscal, no dudan en cruzar la puerta de los ministerios, eso
cuando no están directamente invitadas. Fue el caso, por ejemplo, en
Francia este verano, durante las vacaciones estivales en pleno mes de
agosto, cuando el antiguo directivo del banco de inversión de la Société
Générale, Thierry Aulagnon, fue nombrado director del gabinete del
ministro de Finanzas, Michel Sapin.
Joseph Stiglitz, receptor del premio del Banco Central
de Suecia en Ciencias Económicas, mal llamado “Premio Nobel de
Economía”, y el suizo Mark Pieth, profesor de Derecho Penal en Basilea
(Suiza), dimitieron el 5 de agosto de un comité creado tras las
revelaciones de los Papeles de Panamá para realizar una auditoría del sistema financiero claramente opaco de Panamá.
Fue a través de un correo del Gobierno panameño recibido a finales de
julio como se enteraron de que sólo el presidente del país podía decidir
publicar el informe del comité, esperado de aquí a finales de año y
que, además, el Gobierno rechazaba comprometerse a hacerlo público.
“¿Cómo queréis un comité sobre la transparencia que no sea él mismo
transparente?”, se indignaba Stiglitz en la AFP. Para Mark Pieth, el
Ejecutivo “sufre la presión del mundo de los negocios”, “se está echando
atrás”. Sin temer el ridículo y dispuesto a todo para las grandes
empresas, el Gobierno panameño reiteró entonces su “compromiso firme y
real con la transparencia y la cooperación internacional”.
Sin desvelar su verdadera identidad, el filtrador de los Papeles de
Panamá que proporcionó los 11,5 millones de ficheros del gabinete de
abogados Mossack Fonseca al Süddeutsche Zeitung llama a “abrir los ojos”
para salir radicalmente de un sistema “que seguimos llamando
capitalismo, pero que se acerca cada vez más a la esclavitud económica”. ¡Acababa, sin duda sin quererlo, de ofrecernos una buena definición del capitalismo!
Traducción: Gladys Martínez López
Fuente: Diagonal